miércoles, 5 de diciembre de 2012

VERANO Y AMOR

     Me aproximo por primera vez a una novela del gran autor irlandés en lengua inglesa William Trevor (1928), no sé si desconocido para el público español, pero sí al menos para mi. Si hiciese una pequeña semblanza diría que nacido en el condado de Cork en el seno de una familia irlandesa y protestante de clase media, completó sus estudios en el prestigioso Trinity College de Dublín, empezando su vida laboral como escultor hasta que dedicado por completo a la literatura, pasando por la publicidad, llega a publicar más de veinte novelas, una quincena de colecciones de relatos cortos, amén de cuentos infantiles, obras de teatro y de no-ficción. Por lo que por todo ello ha recibido una gran cantidad de premios literarios entre ellos el David Cohen y el Premio Whitbread, además es miembro de la  Academia de las Letras Irlandesas.

     Voy al grano: Trevor nos presenta para mi opinión una obra maestra y modelo de como se ha de escribir una novela, presentando situaciones, personajes, paisajes, entornos, sentimientos y sobre todo el alma humana de manera concisa, clara, entendible y sobre todo sin artificios ni 300 páginas de relleno para que se venda al tipo de un best seller al uso.
     Estamos a finales de los años cincuenta del pasado siglo en una comarca rural de Irlanda en donde la única actividad del pueblo es vivir la rutina y monotonía de su existencia acorde a las normas impuestas por la moral (eminentemente católica) y las buenas normas de convivencia. La frialdad con la que se conducen los personajes, al menos de forma aparente, no es más que una escudo de protección de los sentimientos ante los demás. El autor nos presenta esa vida cotidiana en que en apariencia, no pasa ni sucede nada que no hubiese acontecido el día anterior pero que está sobre todo cimentada en unos personajes que sufren y  aman en secreto, proyectan su sufrimiento y su amor  en los demás dándonos la impresión de que envidian la vida de los otros pero que en realidad se entristecen por la suya propia.
     Dillahan es un campesino que vive en su granja junto a su joven mujer Ellie, criada en un hospicio por unas estrictas monjas y ofrecida al mismo como sirvienta tras la muerte accidental de su anterior esposa y el hijo de ambos y que él arrastra como una pesada losa de culpa toda la novela. 
     Ellie conoce a un joven en el pueblo en el transcurso de unas compras y termina enamorándose de él como nunca lo ha hecho pues así como comparte su vida con Dillahan no comparte un amor que no existe entre el matrimonio. 
     Esa es la base del libro sobre el que descansa toda la maravillosa prosa de William Trevor, al que lea ésto, disfrutar del libro al igual que yo he hecho, no os cuento más. Si teneis dinerito os lo comprais o si no a la biblioteca pública más cercana, tal como yo hago en Aspe y a leerlo.

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